Hoy es día de partido

Hasta ahora teníamos la primera imagen del cómic, la portada, y, por fin, tenemos la última. Este es un detalle de cómo será la contraportada:


No hay ninguna convención que diga el orden en el que se crea un cómic, pero la casualidad ha querido que esta vez acabe mi trabajo así.

 He intentado reflejar el momento más emocionante de un partido, donde aún  todo es posible. El momento en el que el aficionado puede sentirse útil... bueno, seguramente todo esto sea una paja mental, pero es que disfruto mucho todo lo que sucede antes de un partido.

Los devenires de la vida han hecho que viva fuera de Zaragoza, por lo que tengo un viaje de 80 kilómetros hasta llegar a La Romareda. Suelo llegar una hora antes por dos motivos: conseguir apartar sin destrozarme los nervios, y vivir los prolegómenos del partido. Se ha convertido en una liturgia que disfruto a bocados pequeños:

Comienza tomando la temperatura a la afición, tanto en los alrededores del Hotel Romareda como en los Porches de Audiorama. Da igual en qué jornada estemos, es el momento donde el pulso se acelera. Ya dentro del estadio, me siento en mi localidad tras la portería del fondo norte y mientras consulto la alineación inicial, el estadio empieza a desperezarse: el técnico de sonido va quitando las capuchas protectoras a los micrófonos de ambiente para la retransmisión televisiva, los recoge-pelotas hacen un rondo para matar el rato y los trabajadores del club despliegan el cartel publicitario del centro del campo.

 No hay que esperar mucho para que salgan a calentar, primero, los porteros y, después, el resto del equipo. Aquí echo de menos escuchar el Sweet Child O' Mine de Guns N' Roses, cosa que sucedía en la temporada 2017/18. No puedo tenerlo todo en esta ceremonia pagana que me he creado yo solo.

Se puede medir el miedo que suscita el rival por los pitidos que se oyen cuando sale a calentar. Cada equipo ocupa su parcela. El Zaragoza mitad norte y el rival mitad sur. Inadvertido, de momento, corre el trío arbitral en la banda más cercana a la casa grande. Minutos antes de terminar el calentamiento conviene estar muy atento, no por ver un espectáculo de fantasía, si no por evitar comerte un pelotazo durante los lanzamientos a portería. Podría ser desesperante ver la puntería de los jugadores en este momento, pero mejor que fallen ahora si eso significa acierto durante el partido. Todos vuelven a su respectivo vestuario, entre aplausos y abucheos, todo depende de la camiseta que lleven.

Las gradas van cogiendo color y sorprende la cantidad de camisetas nuevas que se ven. Este año parece que va a ser digna de recordar. La megafonía viene atronando durante un buen rato cuando de verdad empieza el partido: primero se anuncian los niños que van a fotografiarse con el equipo, se da la alineación rival y finalmente saltan los jugadores al campo. Son recibidos con las bufandas extendidas. El estadio hierve con el himno y la ciudad retumba al corear el nombre de los once elegidos por Víctor. Si no es especialmente arriesgada e innovadora esta forma de empezar es porque no lo necesita. No muy lejos hay estadios que hacen espectáculos de luz, banderas y Thunderstruck a todo trapo que al terminar solo deja el ruido de las pipas durante 90 minutos. En Zaragoza solo necesitamos cantar el himno a capella para poner los pelos de punta y no parar hasta que el árbitro pita el final.

De vuelta me espera otra hora de viaje. Primero escuchando emisoras locales y después, cuando la señal de FM se ha desvanecido, las emisoras nacionales para actualizar resultados.

En total 5 horas donde el resto de problemas han desaparecido y me siento a gusto, a pesar de estar en un asiento sucio e incómodo. La fortaleza de Soledad de Superman si hubiera nacido en el Picarral.

Comentarios

  1. Hola, Óscar. Soy un zaragocista que está deseando ver la obra completa. Enhorabuena y gracias por tu trabajo.
    Y, con modestia y con cariño, que conozco esos "malditos duendes" de imprenta y los correctores de escritura que te llevan a error: revisa el quinto párrafo porque pone "hecho de menos", y una prenda tan bonita no merece una pequeña mancha. Gracias, salud y zaragocismo.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras.
      Nos ha tocado vivir tiempos convulsos. Estamos esperando que la situación se normalice lo suficiente para reactivar la maquinaria y sacar por fin el cómic. Está mal que lo diga yo pero ha quedado muy bien y os va a resultar muy interesante.

      Y muchas gracias por la corrección. Debería ser menos permisivo con los duentes :P

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